David Peralta es una prueba clara de perseverancia. Aún cuando el destino
pareció cruel con los deseos de un joven que deseaba llegar a las Grandes
Ligas como lanzador, el no darse por vencido, debido a los altibajos
que tuvo que enfrentar, es lo que le ayudó a sobreponerse y
seguir adelante en su dura batalla por cumplir la meta de ser un
bigleaguer.
“El sueño de cualquier pelotero profesional es llegar a las mayores”,
expuso el novato al periodista, Alexander Mendoza, del Diario El
Nacional.
El
criollo, quien batea y lanza a la zurda, inició su historia como pelotero
profesional con los Tigres de Aragua en 2005. Su claro desempeño como pitcher
generó curiosidad entre los scouts
quienes andaban en la cacería de nuevos talentos.
“Tenía buen brazo. Su recta
estaba entre las 86 y 88 millas por hora. También jugaba en el outfield, solo
que su proyección desde el montículo era muy buena. Estaba más desarrollado
como pitcher y su condición de zurdo le daba más valor. Fui a verlo a Guacara y
hablé con sus padres. Pero en ese momento no teníamos cómo cubrir sus
aspiraciones”, recuerda Francisco Cartaya, scout internacional de los Dodgers
de Los Ángeles, que en el aquel momento buscaba talentos para los Rockies de
Colorado
Pero ese cazatalentos no
fue el único en seguir los pasos de Peralta. Wilmer Becerra, hizo el
seguimiento al novato y recomendó su firma a Enrique Brito, coordinador de
scouts de los Cardenales de San Luis en Latinoamérica.
“Lo vi lanzando y me
convenció”, señaló Brito, que ahora trabaja como cazatalentos independiente en
República Dominica. “Además de su recta tenía una buena curva.
Definitivamente era un zurdo con proyección”.
Para el 2
de julio del mismo año, San Luis había firmado a Peralta por $30.000 y de
inmediato lo asignado al circuito veraniego en la Liga Dominicana; posteriormente
llegó a la Liga de los Apalaches con el equipo Johnson City durante 2006 y 2007. Sin embargo, debido a un desgarro en un cartílago que rodea a la
rótula y ayuda al movimiento de la articulación, hicieron que el novato
requiriera ser operado en varias ocasiones.
2008 se convirtió en una dura campaña gracias a su continuo intento de
rehabilitación, que poco tiempo después llevaron al zurdo a ser
dejado libre por los alados y como si no fuera poco, al regresar a Venezuela le estaba esperando la carta de despido
de la novena bengalí.
“Me lesioné dos veces el hombro y en ambas ocasiones tuvieron que
operarme. Una vez que mejoré, me despidieron y cuando eso ocurre en Estados
Unidos, generalmente te quedas sin trabajo en Venezuela. Fue un duro golpe,
aunque nunca pasó por mi cabeza retirarme”, recordó el novato.
A sus 21
años, el venezolano se radicó en Estados Unidos, luego de dejar atrás un 5.69 de efectividad, en
62.2 innings como serpentinero, el valenciano decidió empuñar el madero y de
inmediato causó impacto. En 2011, regresó a la pelota pero esta vez como
guardabosques. Peralta consiguió trabajo en la Liga Independiente
del Norte y terminó con el tercer mejor
promedio, .392; luego en 2012, logró pasar a la pasar a
la Asociación Americana, con la que exhibió
el average más elevado para un toletero zurdo (.332) y dejó un OPS de .854.
“Mucha gente creyó en mí. Cuando me firmaron me dijeron que tenía más
posibilidades de llegar como pitcher y que mi condición de zurdo me favorecía.
Pero, simplemente, no pude”, destacó Peralta con un dejo de nostalgia. “Mi
brazo estaba demasiado lastimado para seguir lanzando. Así que me sometí a un
plan de entrenamiento físico que me permitiera jugar todos los días como
profesional. Una vez estuve preparado conseguí un contrato de liga
independiente. Gracias al apoyo de mi familia y mis amigos más allegados logré
volver a jugar beisbol”.
“Regresé a lo que había hecho antes, como amateur: jugar en los
jardines. Jamás pensé en el fracaso. Siempre supe, en mi mente, que podía tener
éxito. El resto fue dedicación, trabajo fuerte y disciplina. Allí creo que
radica el éxito”, siguió el nativo.
El esfuerzo no fue en vano, Peralta logró
rendir frutos poco tiempo después, cuando Brito, que formaba parte de la
oficina de los Bravos de Margarita, recomendó a la escuadra los servicios del
patrullero. Fue hasta entonces que el estratega de los isleños para la temporada
2011-2012, Don Baylor, llegó a decir que el patrullero tenía el mejor swing del
club.
La carrera como beisbolista que
llevaba Peralta dio un giro de ciento ochenta grados. Logró llamar la
atención en el año 2012 cuando bateó .332 con 70 carreras impulsadas en 98
partidos con los Wingnuts Wichita de la Liga Independiente de la Asociación
Americana AA.
En 2013, regresó a la Asociación
Americana y, literalmente, continuó
desarrollándose con el madero vapuleando a sus antiguos colegas del montículo.
Llegó a tener una línea de producción de .352 de average, con.381 de OBP y .604
de OPS en 182 turnos, repartidos en 42 encuentros.
Sin duda alguna, sus inicios
como pitcher fueron oscuros y ahora que había logrado volver al beisbol
organizado estaba rindiendo los mejores frutos, nuevamente había despertado la
curiosidad de los scouts. Chris Carminucci, ex mánager de circuitos
independientes y scout de Arizona en esas ligas, quedó encantado con su
desempeño.
Sin embargo, no fue hasta que
los Diamantes decidieron expandir sus operaciones,tratando de conseguir
talentos que no estuvieran ligados a la Major League Baseball (MLB),
que Kevin Towers, Gerente General, y Mike Bell, Director de Desarrollo de
Peloteros, supieron del trabajo que estaba realizando el oriundo de Carabobo
tanto con el bate como con el guante.
Una vez firmado Peralta, ingresó en el Visalia, sucursal clase “A” avanzada
de los Diamondbacks en la Liga de Arizona, en principio solo llenó un
puesto en el roster de 40. En su paso por el equipo, Peralta ligó .346 /.370 /.534, con 42 empujadas y 8 jonrones en 51
encuentros, logrando una racha de 13 juegos consecutivos conectando hit.
“Compramos el contrato de Peralta porque lo conocíamos. Decidimos darle
una oportunidad y terminó siendo una agradable sorpresa”, dijo Bell a MiLB.com el año pasado. “Ha hecho un
gran trabajo. Me gusta mucho”.
Fue gracias a la lesión que sufrió el lanzador A.J. Pollock a finales
del mes de mayo de este año, que el valenciano se convirtió en una opción para
ocupar la vacante en el equipo grande de Arizona. Su selección fue hecha
desde doble A, liga en la que bateaba para .297, con un porcentaje de
embasado y slugging de .837, con 46 remolcadas, era la segunda mejor cantidad en la Liga del Sur, uno de
los circuitos con mejor pitcheo (3.83 de efectividad) en el sistema de MLB.
“Nos encontrábamos en la carretera, después de jugar el primer partido
de una serie en Chattanooga”, recordó Peralta. “Me disponía a irme a la cama
cuando el manager (Andy Green) tocó la puerta de mi cuarto. Me dijo que me iban
a ascender y en ese instante pensé que era para triple A. Luego me corrigió.
Iba a las GrandesLigas. No supe qué decir. Estaba tan feliz, tenía ganas
de llorar, de gritar, de reír. Traté de llamar a toda mi familia, a mis padres,
a mis hermanos, a mi esposa. Fue algo realmente inolvidable”.
¿Quién
dijo que los sueños no se hacen realidad?
En su
debut, Peralta aprovechó la oportunidad de su ascenso para demostrar de lo que
está hecho y conectó dos imparables en cuatro visitas al plato, se ponchó un
par de veces y exhibió un promedio de .500 en el juego en que los Rojos de
Cincinnati, en calidad de visitante, vencieron 4-3 a los Cascabeles.
Con apenas 7 encuentros, tenía promedio de .429
(28-12), con un imparable en cada uno de ellos y un cuadrangular, siendo la
primera vez que un jugador recluta de D-back logra conquista esa hazaña.
Además, por si no fuera poco, había logrado una espectacular atrapada contra la
barda en la parte baja de la novena entrada en el encuentro que los Diamantes
ganaron para sellar la barrida contra los Rockies en su primera semana de
trabajo.
“Es un orgullo ser parte de
esta historia y espero que esta sensación se quede para siempre”, destacó David
Peralta.
Desde que
fue convocado de Doble-A Mobile e hizo su debut como ligamayorista, Peralta
encabeza a los novatos de Grandes Ligas con un promedio de .331 y se encuentra
en el tercer lugar con 40 imparables.
"La
trayectoria de su swing es muy buena", dijo el manager de Arizona, Kirk
Gibson a MLB.com. "Tiene un swing corto y compacto. Hace contacto con el
bate hacia abajo. No lo ves bajar el bate con su swing, como lo hacen algunos
muchachos. Mantiene corto el swing, es agresivo y reconoce bastante bien los
pitcheos".
Peralta
era un prospecto del pitcheo hasta hace poco pero gracias a la constancia y a
no abandonar su sueño, es que cuenta con un nuevo futuro dentro del béisbol
organizado, ahora, como jardinero.
“Todavía no lo digiero. Es como
si se tratara de un sueño, pero es real y para seguir jugando a este nivel,
para seguir llevando el uniforme de Arizona, debo continuar trabajando,
esforzándome cada día que salgo al terreno”.
En la
Liga Venezolana de Beisbol Profesional tiene tres campañas con los Bravos de
Margarita y para esta zafra se espera que sea uno de los pilares fundamentales
de una novena que cuenta con jóvenes de gran proyección como Edgar Durán,
Gerson Montilla, Wilfredo Tovar y Breyvic Valera, así como peloteros de
experiencia en el caso de Eliézer Alfonzo y Luis Jiménez, sin dejar a un lado
la figura de Wilmer Flores.
El
venezolano, que cumplirá 27 años de edad el 14 de agosto,
ha actuado por nueve temporadas, cinco de ellas en la pelota rentada
nacional; cinco ligas y tres países. Su pasión por la pelota es algo
inspirador para muchos, sin duda alguna, se ha ganado a pulso cada uno de sus
logros.
María José Meléndez
Foto cortesía de zimbio.com
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